La globalización no es
ni enteramente buena ni mala. Depende de cómo se utilice. Su problema principal
es que no es realmente global sino fragmentada. Como resultado acumula las
ventajas en un sector cada vez más reducido de la población y extiende las
desventajas a sectores cada vez más amplios. Los gobiernos de todos los países
y la sociedad civil organizada (ONG´s) deberían tratar de incidir más en su
“gobierno” de manera que se promueva una globalización más globalmente
compartida, socialmente responsable y solidaria.
Un
nuevo concepto de gobernabilidad: la gobernabilidad democrática y la
modernización del Estado
“La
democracia política necesita para sobrevivir que las políticas económicas y las
políticas sociales estén estrechamente unidas, integradas. Mejor dicho, que
formen parte de un solo esfuerzo nacional. Una mayor equidad social incrementa
las posibilidades de fortalecimiento democrático.”
La gobernabilidad
democrática es el resultado de una sinergia en la cual intervienen una serie de
elementos y prerrequisitos que deben darse en una sociedad. Pero, no existe una
fórmula mágica ni preestablecida. Sin embargo, la gobernabilidad demanda el
ejercicio pleno de la democracia como condición necesaria, aunque no
suficiente. Se requiere, además, la vigencia de ciertos valores claves, como la
justicia, la libertad, la solidaridad, trasparencia, responsabilidad ciudadana,
mayor nivel de cultura política; entre otros. No hay gobernabilidad sin la
interacción de todos los sectores sociales, que deben compartir el sentimiento
de que sus demandas están, o pueden llegar a estar, razonablemente satisfechas.
La
cultura de corrupción
Los actos de corrupción se encuentran inmersos en todo el mundo y Latinoamérica no es la excepción
La corrupción es un
flagelo que afecta, en diferentes grados, a todas las sociedades. Hoy día puede
decirse que forma parte de tan mentado fenómeno de la globalización. Hay formas
de corrupción, como el narcotráfico y otras, que por su misma naturaleza tienen
una proyección internacional. Además, se asegura que se remonta en el pasado
tan lejos como puede llegar la mirada del historiador
La
ética y política
La
relación entre la ética y política no solo atañe a quienes ejercen el poder
desde los órganos del Estado sino también a los partidos políticos,
empresarios, comunicadores sociales y a la ciudadanía en general, desde luego
que todos participan en la política o sus acciones pueden tener impacto
político. No es válida la dicotomía entre una ética pública y otra privada. La
ética pública y la ética privada deben responder a un mismo referente valórico.
Debe existir una sola ética. De esta suerte, es tan antitético el que corrompe
como el que se deja corromper.
Bibliografía
Tunnermann Bernheim, C. (2005).
Una nueva cultura política para América Latina. UPOLI, Universidad
Politécnica de Nicaragua. Obtenido de
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Nicaragua/cielac-upoli/20120806021649/tunner5.p
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