CURSANTE:
ING. KORY MAYA VARGAS ZEGARRA
Particularmente
en la experiencia de estudiantes existieron siempre varios tipos de educadores
y docentes, y generalmente los clasifican en buenos y malos; en realidad no se
trata de que existan malos docentes sino que alguno no tienen la vocación o la técnica
que se requiere para ser educador, por muy bien preparado que se encuentre
profesionalmente debe considerar que el enseñar no es solamente dictar o expresar
lo que se conoce; se trata también de tener una relación estrecha
docente-alumno y algunas condiciones que se van a detallar más adelante.
DESARROLLO
Para
empezar, se debemos reconocer que “La enseñanza es una actividad interpersonal,
es decir, el docente y los alumnos buscan entenderse unos a otros, y en este
proceso de búsqueda pueden observarse las cualidades del docente como artista
escénico.”
“En
el teatro los actores reciben un libreto y luego utilizan sus propios recursos
para interpretar el papel. Es un instrumento interpretativo imperfecto, por eso
se requiere de varios ensayos para estrenar la obra, y por eso el director que
ayuda al actor a comprender, profundizar y ampliar el abanico de matices de su
rol. Para el actor, cada papel implica una lucha por comprender el rol y
hacerlo creíble para su auditorio. El libreto escrito es como el currículum, la
tarea del actor y del director es darle sentido ante el auditorium y no
solamente arrojarlo para que su público lo reciba pasivamente. El docente tiene
la oportunidad de cambiar su modo de representar el rol según cómo perciba e
interprete la reacción del auditorio”.
Cuando
se dice que los intérpretes procuran tanto instruir como conmover a su
auditorio, quiere decir que, de alguna manera, el docente como artista
interpretativo modifica positivamente el concepto de los alumnos sobre el
vínculo entre la percepción de sí mismos y la significación de la materia,
aumentando así su competencia. La palabra instruir da la idea de una
interacción unilateral, una imagen que demasiado a menudo se observa en el
aula, y por ese motivo muchos alumnos nunca se sienten conmovidos. La actuación
requiere que el docente piense, sienta, intuya y se adapte en forma flexible a
la individualidad de los alumnos y que lo haga a fin de generar comprensión y
una sensación de crecimiento en su audiencia.
Todo
objeto que no sea interesante en sí mismo puede llegar a serlo si se asocia a
otro en el que ya exista un interés. Los dos objetos asociados crecen, por así
decirlo, juntos: la parte interesante derrama su cualidad sobre la totalidad; y
así, las cosas que no son interesantes por derecho propio toman prestado un
interés que se convierte en tan real y fuerte como el de cualquier cosa
naturalmente interesante. Lo extraño es que el préstamo no empobrece la fuente,
y los objetos tomados en conjunto resultan más interesantes, tal vez, de lo que
era por sí sola la parte originalmente interesante.
No
es la primera vez que se dice que la enseñanza es un arte de representación, de
hecho, hay quienes dicen los docentes somos actores, representamos Con esto
quieren decir que son el vehículo por el cual el guión (el currículum) se
convierte en un motivo de interés, una meta personal e intelectual para un
auditorio indiscutiblemente heterogéneo en cuanto a las variables que afectan
la enseñanza. Hay docentes que buscan impresionar a sus alumnos no con su habilidad
o eficiencia para enseñar, sino con los rasgos distintivos o singulares de su
personalidad. Siempre están en escena, conscientes de estar representando.
CONCLUSIÓN
Se
dicen que los docentes tienen que ser artistas escénicos, debido a que estos
deben actuar, interpretar, cantar, recitar y un sin numero de actividades para
poder llegar al estudiante y atraer la atención del mismo de manera de que lo
que esta expresando sea bien recibido y entendido; cabe recalcar que el objetivo
del docente es que el estudiante reciba de mejor manera la información y la
almacene en el mejor caso… de por vida y no solo para el momento.
BIBLIOGRAFÍA
Branda, S. A. (2011). LOS DOCENTES COMO ARTISTAS
ESCENICOS. Mar del Plata.
Sarason, S. (2002). La enseñanza
coo arte de representación. Buenos Aires: Amorroutu.
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